Inglaterra

Es un país con un gran respeto a la tradición; les gusta que las cosas se mantengan como están hoy y estuvieron hace siglos. Las casas son viejísimas y los verdes son más verdes por lo que llueve durante todo el año. En Londres la gente es fría y ausente pero a medida que uno se aleja, se vuelven más abiertos. Acá en el campo la gente es divertida y algunos viejos ácidos demuestan de que el famoso humor inglés está intacto.

Son más pacientes. Estacionan en doble fila y no se te ocurre quejarte porque cuando lo hacés vos nadie te dice nada, y para pedir un trago en un bar hay que esperar que el barman te venga a atender; nadie se impacienta porque saben que el tipo va a respetar su turno. Nunca se abrazan ni se dan besos y al ser un país en donde la gente no es linda, estan orgullosos de ser la nacion de Beckham, ícono de la belleza si los hay.

Los viejos no sufren el abandono social simplemente porque están felices de ser viejos, disfrutan no tener obligaciones y tienen sus cosas. Quizá por esto los jóvenes los respetan más. Las chicas son menos pudorosas y mas feas, y los días se cambian de ropa mucho más seguido; el más lindo puede terminar en lluvia y viceversa, aunque tienen unos pocos días al año que son un agrado: en ésta época el sol calienta pero no quema y los campos brillan. La gente acá sabe que esos días son para ser aprovechados y en cuanto llega uno así empiezan a mostrar sus carnes blancas en picnics bien regados con vino blanco. Cualquier hora es la de la cerveza, y ellos la toman como se debe: tirada y en pints, vasos que con uno suele ser suficiente.

Viven bien, pero da la sensación de que lo hacen de una manera mas liviana que en Buenos Aires. No tienen los problemas de un país subdesarrollado, pero tampoco su magia; esa cruda fidelidad de saber que aunque este todo como el orto mi país es el mejor del mundo.

Pagana.