En las madrugadas porteñas pasa lo que realmente pasa. En este caso andaban los muchachos de vialidad transformando nuestras vidas casi invisiblemente. Las 2 de la mañana y los pibes estaban con todas las pilas, en este caso convirtiendo las vidas de los peatones y por que no, de los automovilistas, y sin olvidarnos de los heroicos bikers.
La situación era sencilla, unos señores estaban dispuestos, una noche más, a rearmar la ciudad. En las últimas dos semanas estuvieron repavimentando Buenos Aires, en este caso la Avenida del Libertador (San Martín, por si no se acordaban) y Dorrego, y el hecho de reconvertir el antiguo asfalto requiere ciertos ajustes fundamentales para el buen uso y porque no decirlo, las buenas costumbres, a las cuales todos querriamos ajustarnos, o no.
Unos cinco o seis muchachos de variadas edades se movían como expertos al momento de marcar el límite entre la máquina y el humano. La premisa: la Senda Peatonal!!
Tuve la suerte de ser un extrañísimo privilegiado del momento cúlmine en el cual el épico suceso era llevado a cabo y, recabando información in situ, pudimos saber que la ¨pintura¨ blanca era termo-plástico y al segundo de que este peculiar material hirviente fuese desperdigado cuidadosamente por el suelo, otro compañero esparcía virtuosamente un polvillo de micro particulas de vidrio.
Estuve ahí 5 minutos y por adentro pensaba, mmm, aspirar esto no creo que sea bueno para mi salud, hasta me acordé de Stalin matando a Lenin con vidrio molido en la manteca de sus tostadas, pero me quedé porque sabía que era tan histórico como la historia de los Zares Rusos.
Me acerqué tibiamente a uno de los más maduros:
-Que están haciendo?
-Laburando viejo...
-Que están haciendo?
-Laburando viejo...
-Si, ya sé, pero que están haciendo...
- Lo que pasa es que renovaron el pavimento y estamos haciendo para que la gente cruce.
- Que material es la pintura blanca?
-Que te importa?
Nah, me contestó con la mejor; me dijo que arrancaban a laburar a las 23 hs., cuando comenzaba a mermar el movimiento, y se iban a eso de las 5, cuando la muchedumbre se vertía a las calles.
Le dijo que tenía que usar barbijo, que no era joda el tema de los pulmones, que por más que su empleador no les diera, deberían invertir en su salud, que salía 10 pesos y que valía la pena. A todo asentía como diciendo, tenés razón. Uno pensaba que estaba cambiando al mundo hasta que el hombre vestido de naranja nos dijo:. pero si tengo un montón de barbijos en la guantera, eso no me va.... es para caretas, como vos!!
Le contamos que los automóviles no respetaron los límites en estas dos semanas de anarquismo zebra, nos respondió que no entendían nada, asentimos.
Y se juntaron para planear la próxima esquina, genios!
Le agradecimos su laburo:. Superhéroes de la nocturnidad!
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