miércoles, 21 de noviembre de 2012

Modernas cadenas




Consejos antes de comprar un celular.  

(Inspirado en instrucciones para dar cuerda a un reloj, Historia de Cronopios y famas, Cortázar)
Por Francisco Cappellotti autor del libro "Matar a Borges"
  Piensa en esto: cuando te venden un celular, te venden un pequeño infierno florido, unas hermosas esposas mercantilistas, una jaula ominosa y ficticia donde quedar sumiso. No te venden solamente el celular, “gracias por su compra y cualquier inconveniente estamos a su disposición”. No te venden esa maquinita nueva llena de chiches superfluos, cámaras de fotos y mensajitos de textos. En verdad te venden los nuevos problemas que andabas buscando o tal vez necesitando. Te venden un pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que pasa a ser una porción más de tu cuerpo, que hay que atar a la cintura con su correspondiente funda como una hiedra que se aferra a los muros de tu prisión. Te venden la necesidad de cargar su batería día a día, de regarlo como si fuese tu planta tan mentada. La obligación de darle energía día por medio para que siga siendo TU celular; te venden la obsesión de mantenerlo con crédito para que vos mismo tengas crédito con los demás, no vaya a ser que la gente divulgue “ese rata siempre sin poder hacer llamadas”. Te venden el egoísmo de no facilitárselo a los demás y de mirar con cara de pocos amigos a aquél que inevitablemente se lo debiste prestar. Te venden el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa –y esto sería fatal si no tenés o mejor dicho si no pagás su correspondiente seguro-, también te venden la terrible preocupación de que te lo olvides, de estar pendiente de su señal, de su cargador, de lo que llevás gastado o consumido, la angustia de no poder hacer llamadas, la angustia de recibir llamadas que te quitan tu propia libertad, te venden una correspondiente factura mensual con inexplicables aditivos, te venden una burocracia que hasta el momento no necesitabas y sin embargo sobrevivías, te venden la obligación de poseerlo para permanecer, para estar dentro y no fuera. También te venden su marca, y la seguridad que es una marca mejor que las otras, te venden la tendencia a comparar tu celular con el de los demás (y no digás que no porque inconscientemente lo hacés), tu celular dice qué tipo de persona eres o no eres, en sí te venden como un carnero más al correspondiente rebaño.
Por eso cuando te venden un celular, vos eres el vendido, vos quedas a merced y servicio del nuevo teléfono móvil, vos estás a entera disposición de él.

Pueden obtener más información en:
http://www.facebook.com/francisco.cappellotti

No hay comentarios.: