miércoles, 1 de abril de 2009

Roulette


Buenos Aires, metrópolis extravagante si las hay.

Imagínenla como una ciudad dividida por calles colmadas de probabilidades, victimas de un azar que juega mordazmente –y sin cuidado- en cada esquina, cada barrio, como una ruleta de historias, donde la bola pica y pica, ofrece oportunidades, rojo o negro, 50 y 50, justo o injusto, y hay que acertar no querés errar; ¿punto medio?, no hay vuelta atrás.

En la posta hay que estar atento. Si al crupier se le escapa una mueca por favor olvídense de la buena suerte: ¡es puro trabajo! gracias caja de empleados; hay que saber compartir y ser agradecido, si es posible también sonreír, vamos, es de buen no creyente ¿no?, vaya uno a saber quien tenga nuestras fichas la próxima mano.

Malas rachas las tenemos todos. Pero aprovechen que en épocas de ofertas, la casa invita un menú gourmet que sale como trompada, unos ricos ñoquis con tuco.

*= Es curioso, prueben, si se suman los primeros 36 números da 666.

2 comentarios:

Marcos Torino dijo...

asi se escribe canejoooo

Criatura del pantano dijo...

Es así, Bs.As, tango, timba y corruptela a la vez.