Bienvenidos a las Montañas

Despertarse día a día rodeado de montañas es una experiencia única. Las montañas transmiten una paz inexplicable y al mismo tiempo lo llenan a uno de energía. Son tantas las ganas de ir y aprovecharlas al máximo como las de quedarse sentado, solo apreciándolas. El sentimiento positivo que ejercen las cumbres en las personas que habitan sus pueblos es de tal magnitud que en los últimos 10 años los números indican que más y más gente se está trasladando de las grandes urbes a los pequeños poblados montañosos.

Cuando la tendencia en las grandes ciudades nos muestra un incremento sistemático tanto en el crimen como en la pobreza, en las montañas se da todo lo contrario. Solo falta escuchar a los pobladores decir “que dejan la puerta abierta desde toda la vida”. Más allá de casos aislados es muy seguro vivir en zonas cordilleranas y lo más importante es la agradable actitud de todo el mundo, es normal saludar a gente que uno nunca vió en su vida como si fuera un amigo, o que sea prácticamente una regla agradecerle el aventón al chofer del colectivo.

Tengo la suerte de pasar los inviernos a los pies de las Rocallosas y la cantidad de posibilidades que ofrecen es infinita. Esta claro que los deportes invernales parecerían ser los más populares, tanto el ski como el snowboard tienen un público masivo. Pero si uno tiene la posibilidad de hablar con locales acerca del verano, lo que más destacan es la cantidad de deportes que se pueden llevar a cabo. Los martes pesca con mosca, los miércoles rafting y los jueves hiking, son solo algunos ejemplos de la inigualable cantidad de experiencias que se logran cuando el clima lo permite.

Solo hace falta ir a las montañas para comprobar la energía que generan, tanto sea en verano o en invierno, la extraordinaria capacidad que tienen estas gigantes deformaciones para trasmitirnos su fuerza es asombrosa. La sensación de estar a 3 mil metros de altura y a 500 kilómetros de la ciudad más próxima es incomparable. Por eso cuanto más lejos de la civilización estamos, más civilizados somos.

Henry Peace.