miércoles, 15 de agosto de 2012

Soledad


Podría tirar mi corazón
desde aquí, sobre un tejado
mi corazón rodaría
sin ser visto.

Podría gritar
mi dolor
hasta partir en dos mi cuerpo:
sería disuelto
por las aguas del río.

Podría danzar
sobre la azotea
la danza negra de la muerte:
el viento se llevaría
mi danza.

Podría,
soltando la llama de mi pecho,
echarla a rodar
como los fuegos fatuos:
las lámparas eléctricas
la apagarían...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sabe Dios que angustia te acompañó
qué dolores viejos calló tu voz
para recostarte arrullada en el canto
de las caracolas marinas
la canción que canta
en el fondo oscuro del mar
la caracola.