lunes, 30 de julio de 2007

Inseguridad


El 25 de julio estaba durmiendo en la casa de mi viejo cuando de golpe se abre la puerta de mi cuarto y me despierto. Había dos personas, una me apuntaba con un arma y la otra tenia un cuchillo, mediante amenazas de muerte salgo de la cama. Me ponen el cuchillo en las costillas y me dicen que les de la plata porque me van a matar, los llevo hasta donde estaba la plata y se las doy, pero no quedan conformes con la cantidad. Me tiran boca bajo en el piso y me preguntan como se abre la puerta de calle que van a entrar otros mas, les digo como y entran mas, no se bien cuantos. Entre ellos se hablaban y decían de matarme, uno viene y me dice que llega a encontrar mas plata me van a matar.

Luego de dos horas aproximadamente cargan todas las cosas materiales en la camioneta que estaba en el garaje y se preparan para salir, uno de ellos les dice al resto que vayan yendo que el me pega un tiro a mi y se va, otro le contesta que no, que me ate de manos y pies, que yo no iba a hacer nada. Finalmente fue esto lo que hicieron. Esta es una historia resumida de lo que paso aquella noche, les cuento esto para decirles que sigan sus presentimientos (antes de entrar a casa sentí que algo me iba a pasar), que traten siempre de hacer las cosas que los hacen sentir bien y que les hagan saber a las personas que quieren lo que sienten por ellas, porque hoy estas acá y tal vez mañana ya no.
El Pollo.

viernes, 20 de julio de 2007

Destino


Reinaldo tenía 38 años y estaba en el peor momento de su vida. Después de haber trabajado en una aburrida oficina por más de 15 años lo despidieron simplemente por reducción de personal, soltero y sin muchas pretendientes estaba sumergido en una profunda depresión.

Su psiquiatra no le proporcionaba ninguna solución posible, sus amigos no sabían como alentarlo y sus padres, ya entrados en años, no sabían que hacer con él. Su abuela Pichi de unos 93 años sabía de su situación y lo invitó a almorzar, después de escucharlo quejarse una y otra vez por los pesares de su vida no tuvo mejor idea que recomendarle una bruja; tengo una amiga que tira las cartas le dijo.

Reinaldo escéptico al concejo de su abuela no acudió inmediatamente pero después de un par de meses sin ninguna mejoría no tuvo más remedio que hacerle caso a su abuela Pichi y llamó a la bruja para pedirle un turno. Unos días más tarde llegó la hora de acercarse hasta el minúsculo departamento en caballito.

Tenía turno a las 5 de la tarde, Reinaldo llegó puntual. Lo atendió una señora con pinta de gitana que lo acomodó en la sala de espera, donde no había menos de 8 personas esperando ser atendidas por la renombrada futuróloga. Reinaldo se sentó y esperó, agarró la revista Predicciones y se puso a leer una de las tantas historias fantásticas que contenía. Después de unos 40 minutos de larga espera llegó la hora de ingresar, lo esperaba una pequeña habitación oscura y humeante, no podía creer a donde había llegado su desesperación, pero valía la pena intentarlo.

Trascurrieron unos 15 minutos hasta que Inocencia por fin habló, lo primero que le dijo fue que le veía un futuro prominente. En poco tiempo le llegaría el amor, dinero y prosperidad pero había algo oscuro en su futuro que no podía descifrar. Después de conjuros y místicos consejos ella le dijo de una vez lo que no se atrevía. Iba a morir un viernes. Reinaldo sorprendido le pregunto por más datos, ella solo repitió lo mismo: vas a morir un viernes.

Por la cara que puso Inocencia, Reinaldo tomó muy enserio lo que le había dicho, la manera en que se lo había comunicado no dejaba dudas que algo de cierto tenía. El triste joven a los pocos días consiguió un excelente empleo y en él, conoció una agradable señorita la cual comenzó a frecuentar. Pero ninguna de estas mejorías le podía sacar de la cabeza lo que ya sabía, moriría un viernes.

A partir de de esa semana Reinaldo se despedía de todo el mundo los jueves, hacia comidas de despedida que nadie entendía, llamaba a sus amistades con tono nostálgico y le decía a sus padres que no se preocupen por él, que todo estaba escrito.

Los viernes no salía de su casa y por la noche, una vez que ya sabía que seguiría vivo una semana más, hacía fiestas y se emborrachaba hasta quedar destruido. Los fines de semana seguía con sus festejos hasta que llegaba el lunes y sabia que solo le quedaban 4 días de vida, o por lo menos eso pensaba él.

Después de 4 años de llevar la misma rutina Reinaldo se suicidó un martes.

Cada uno forja su propio destino.
Winston.

martes, 17 de julio de 2007

Buenos Aires 1895


En 1887 nuestra ciudad tenía 433.375 habitantes, en 1895 633.854 habitantes.
Los extranjeros sobrepasaban en 27.132 habitantes a los nativos.
La ciudad estaba en plena época de inmigración y desarrollo.

miércoles, 11 de julio de 2007

Nieve



Nevó en buenos aires...algo increible. Me vienen a la mente 3 cosas: que mal la deben haber pasado muchas personas que duermen en la calle, que gran problema energético podría ocasionar si hubiera seguido este fenómeno y por último, me impresiona otra anomalía de la naturaleza, sobre todo por el tema del cambio climático, tan presente en todos lados.Sin embargo, sin restarle importancia a estos temas, quería detenerme en el hecho en sí; hacer un paréntesis en esta situación; tomarme un recreo...y ver el lado positivo...que en mi, fue enorme.La nieve ayer fue algo sin palabras...me quedé literalmente mudo...tantas imágenes me vinieron a la cabeza; cómo de chico siempre soñaba y preguntaba, por qué no podía algun día nevar en Buenos aires, imaginarme caminando por la calle mientras caían copos en todos lados. Por eso, en cuanto vi que esto pasaba, no lo dudé, me puse un buzo, campera y salí a caminar; no me importaba si igual tendría frío, solo quería sentir la nieve en mi cabeza, quería ver la reacción de la gente; ver chicos jugando... y lo vi...fue indescriptible, ir por la vereda con una sonrisa gigante, y saludando a la gente...por momentos sentí que no era una ciudad, era un pueblo, con amigos, conocidos o simplemente con gente que solo pensaba en salir a caminar, o de padres que por primera vez mostraban nieve a sus hijos..o de viejos que, emocionados, les decían a reporteros que les habían alegrado no solo un día, sino un buen tiempo...y que haya sido un 9 de julio....

Un tipo con suerte.

jueves, 5 de julio de 2007

Nubes en mi casa.


El Domingo 8/7 a las 20 hs, toca Nubes en mi casa.
¿Donde? Teatro del Borde - Chile 630, San Telmo.

Mimo

Siempre me llamo la atención el viejo oficio de ser un mimo, el transmitir buen humor sin tener que decir una palabra. Hay que ser un idiota para no tener simpatía por ellos.

Que no te asuste el francés, paciencia.


Paris, je t'aime - Corto: Tour Eiffel (Sylvain Chomet)